De mis ventanas
hacia dentro
Parte 4
Aquel oscuro frescor de mi cuarto era al pleno sol de la calle lo que la sombra al rayo, es decir tan luminosa como él, y ofrecía a mi imaginación el espectáculo total del verano, del que mis sentidos, si hubiese salido a pasear, sólo habría podido disfrutar de modo fragmentario. Marcel Proust, En busca del tiempo perdido, Por el camino de Swann, p.114.
El genio de Vermeer radica en su capacidad para representar la luz que entra en su estudio desde su ventana, pero es una vez más Edward Hopper quien me cautiva. “Sol en una habitación vacía” (1963) se erige como el pináculo de su exploración de la luz solar en el suelo y las paredes de un apartamento vacío, creando formas rectangulares brillantes y oscuras que varían con la orientación y la forma de la ventana. La intensidad de la luz y las superficies que ilumina también afectan las tonalidades de color, ya que los efectos de la luz en una pared de hormigón verde no serán los mismos que en un suelo de parquet. Siguiendo esta exploración, he buscado fotografiar esos efectos en mis cuatro habitaciones para desvelar sus sombras. Metafóricamente, desde mis ventanas hacia ‘dentro’ no solo significaba que el ‘exterior’ entraba en una habitación, sino también en mí, en mi esposa, y en la forma en que la luz—o su ausencia—moldeaba nuestro estado de ánimo, nuestro despertar y nuestra percepción de lo que el día podía depararnos.



Más allá de proporcionar luz y vistas, las ventanas cumplen diversas funciones prácticas en la vida diaria, aquí como en cualquier otro lugar. Después de ducharnos, solíamos abrir la ventana del baño para que se secara el suelo, y después de cocinar, abríamos tanto la ventana de la cocina como la del baño para disipar olores. En invierno, el ocaso en el balcón interior calentaba la habitación y en verano, las abríamos para ventilar y evitar depender del aire acondicionado—acciones que resultarán familiares a cualquier lector. Para evitar que la puerta se cerrara abruptamente por tener las ventanas abiertas, usaba un cordón de zapato para atar el mango de la puerta a un toallero, y poníamos la mosquitera para evitar insectos dentro, lo que paradójicamente obstruía nuestra vista. Lo mismo ocurría cuando abríamos la ventana para ventilar, teniendo polvo a cambio, como si fuera inevitable que la ventana tuviera ese doble papel. Si bien las ventanas son principalmente un elemento funcional, algunas pueden carecer de utilidad práctica, mientras que otras se ven adornadas, como las grandes ilustraciones y las estrellas de Navidad que añadimos en unas de ellas, dejándonos con un toque más bien feérico dentro del apartamento.




Efectos de luz provenientes de mis ventanas.



