El proceso de
un proyecto
Una actividad de gestión del tiempo
Los estudiantes no son los únicos en no entender bien las etapas de un proyecto de diseño. Uno se pregunta si la experimentación empieza una vez realizada la investigación o siguen juntos complementándose; si el resultado final puede ser un último experimento en una serie de trabajos o es uno más importante que requiere semanas para lograrse correctamente. Aunque el proceso de diseño no siempre sea lineal y predecible en un recorrido que funcione paso a paso, ya que varía de una persona a otra y de un proyecto a otro, he tratado de generalizarlo en el siguiente panel de juego para que los alumnos entiendan las etapas principales, para que sepan también dónde están ubicados en el proceso y dónde deberían estar en función de la fecha de entrega del proyecto.
La actividad se diseñó en dos partes para grupos de tres o cuatro alumnos. En primer lugar, les entregué el panel y una serie de cartas con ejemplos de casos de estudio, en las que estudiantes ficticios relatan su relación con su propio proyecto creativo. Mis alumnos han tenido que leer dichas informaciones y adivinar dónde el alumno ficticio cree que podría estar en el proceso, dónde el tutor de ese alumno cree que está realmente y dónde debería estar el alumno en función del tiempo trabajado y el tiempo restante para entregar. Mis alumnos conversaron durante un par de minutos antes de explicar y justificar dónde podría estar el peón en el tablero. Para algunos de ellos, la actividad se parecía a un examen de IELTS ya que se requerían ciertas habilidades de lectura para entender las cartas. Luego, a partir de la experiencia del personaje inventado, del alumno ficticio, la segunda parte de la actividad consistió en pedir a los alumnos que reflexionaran sobre su propia experiencia con su proyecto final de curso y que escribieran lo que iban a hacer en las seis semanas restantes, siendo lo más precisos posible para ver si sus expectativas podían coincidir con su realidad. Pero siempre es difícil preguntarle a alguien qué hacer a continuación cuando no sabe lo que está haciendo en ese mismo momento. Los alumnos intentaron planificar y escribir tareas por hacer y, una vez terminadas, las verificaba con ellos y sugería algunos cambios en caso de que fuera necesario.
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Esta actividad de gestión del tiempo tuvo como objetivo recordar a los alumnos que hay etapas objetivas a seguir para realizar un proyecto que funcione y que deben estar muy atentos al tiempo que se les da para organizarse, fusionando ambiciones y realidades. Como facilitador, diría que era más que esencial recordarles que estaban en la quinta semana y que les quedaban seis semanas para el final, ya que inmediatamente sintieron algo de presión. No había mucho más tiempo que perder.